jueves, 4 de diciembre de 2008

¡Felicidad!

Ahora les paso una canción llena de felicidad y esperanza... y que me gustó mucho.

It's A New Day - will.i.am


Tomando en cuenta el título de mi blog, he escrito mucho más del tercer tema que de los dos anteriores, por lo que hoy escribiré del primero, y con justa razón.
La razón es el partido que jugamos ayer. El equipo es "Winning Seven". El partido es de cuartos de final.
Siempre el llegar a "la liguilla" de un torneo es algo especial. Son partidos muy especiales, con buen nivel y mucha emoción. Y este no fue la excepción.
El rival era el equipo llamado Zacatepec, al cual ya habíamos enfrentado, siendo el resultado un empate a 3 goles, con los penales favoreciéndonos al final. Personalmente, no pude asistir a ese juego, por lo que el rival me era desconocido.

Comienza el partido. Los nervios que genera esta etapa del torneo eran más que evidentes en nuestro equipo, el cual se encontraba enfrentando sus primeras finales. Derivadas de estos nervios: imprecisión y desconcentración. Al terminar un primer tiempo francamente malo de nuestra parte, lleno de errores, el marcador nos daba la espalda con 0-2.
Pero al momento de "la charla de medio tiempo", surgió un sentimiento compartido entre Nils y mi persona: vamos a ganar. No fue un sentimiento de optimismo o motivación, sino uno de certeza absoluta. Algo difícil de describir, pero en ese momento hubo una conexión entre nosotros y supimos que cambiaríamos el marcador a uno que nos favoreciera.
Comienza el segundo tiempo. No han transcurrido 2 minutos cuando Nils hace una gran jugada y nos acerca a 1-2. Pocos minutos después, una combinación entre Nils, Chava y un servidor fueron el génesis del gol del empate. El momento tanto futbolístico como psicológico era nuestro, debíamos aprovecharlo. Nuestro juego mejoró mucho con respecto al primer tiempo, pero la presión que sintió el adversario al ver su ventaja desaparecida también forzó el que mejoraran su juego. El partido era intenso, "de ida y vuelta", con oportunidades para ambos equipos, y no era claro quién saldría victorioso al final del partido.
Una jugada aislada: Nils saca de banda y encuentra mi recorrido a primer poste, adelantándome a los defensas rivales e impactando el balón con mi cabeza... ¡EL TERCER GOL!

El partido continuó, con el contrario ejerciendo mayor presión por la simple necesidad de obtener aunque fuera un gol más para seguir vivos en el torneo. Y para ser honestos, la suerte estuvo de nuestro lado en varias jugadas, ya que estuvieron cerca de conseguir ese gol.
Pero la realidad es que el partido terminó y el marcador reflejaba un 3-2 a nuestro favor.
¡Un sentimiento de felicidad increíble me abrumó! El hecho de triunfar ante el marcador adverso a base de esfuerzo colectivo es algo muy especial. Y es el futbol el que puede darnos esa montaña rusa de emociones. Además, el compartir ese éxito con amigos es algo que pocas cosas pueden superar.

Si antes de jugar este partido tenía confianza de conquistar este torneo, después de ganarlo de esa manera, ¡no me caben dudas! ¡VAMOS POR TODO!
P.D.: si alguien nos quiere apoyar a manera de porra, estaremos muy agradecidos. Jugamos los martes por la noche en Villa Olimpica.

martes, 2 de diciembre de 2008

Por primera vez...

Después de un mes, estoy de regreso por estos lares.
Continuando con la costumbre de dejarles canciones que me han llegado, esta es la más reciente, la cual esta llena de frases que me llenan de nostalgia con respecto a ese sentimiento que, creo, todos anhelamos.

1, 2, 3, 4 - The Plain White T's


Esta canción me ha hecho pensar varias cosas. Y no sólo la canción, también un hecho que me ocurrió por primera vez recientemente. Como la persona involucrada seguramente no va a leer esto, no creo que haya problemas con mi versión hehe.

Hace aproximadamente 3 semestres (Agosto 07) vi en mi universidad a una chava que me llamó mucho la atención (yo se, voy en la UP, ¿qué podría haber visto? hehe). Nos empezamos a llevar un poco, platicando de muchas cosas que teníamos en común, pero surgió un inconveniente: tenía poco tiempo de haber salido de una relación que había terminado mal.
El caso es que lo único que hice fue invitarla al cine, ella aceptó y todo parecía ir bien. Pero el día llegó, un viernes, y me hicieron un chiste en la universidad que debía ir a una "junta", lo que me cortó todo le día. Al escuchar eso, esta niña decidió ir a comer con amigas suyas en lo que yo atendía mis obligaciones. Saliendo de la universidad, le hablo para acordar un plan alterno, a lo que me responde ella que pensaba ver películas en su casa con sus amigas, y que si me unía al plan. Le dije que me parecía una buena idea, a lo que respondió que en unos minutos me confirmaba el plan. Esos minutos se transformaron en horas, y varias. Ya entrada la noche, y yo sin saber que sucedía, decidí marcarle. Al principio no contestaba... después de varios intentos contesta: su voz es agitada, como casi llorando y siendo consolada por sus amigas, y me dice "creo que vas muy rápido". Yo no estoy seguro qué pueda ser más lento que una invitación al cine. El hecho de haber perdido mi viernes esperando su llamada y que al final no haya ocurrido nada me irritó un poco, ella notó ese enojo y reaccionó negativamente. El hecho es que pasaron meses después de ese evento en el que notaba que no era persona agradable para ella.

Pasaron varias cosas, tiempo y relaciones, y hace algunas semanas volvimos a platicar y todo parecía, otra vez, muy agradable. Esta vez si salimos en un par de ocasiones, cine y un concierto. Pero no podría faltar esa complicación: tuvo un problema de salud que limitó el contacto. Días después la visité en su casa, platicamos, conocí a su familia y fue un momento muy grato para mi, no veía razón que impidiera el nacimiento de "algo más".
Esa fue la última vez que supe de ella en varias semanas. Intentaba encontrarla a través de mi celular, mensajes y llamadas, pero sin éxito. (Debo aclarar aquí, para los que no me conocen, el hecho de que no me contesten me genera un nivel alto de desesperación).
Yo no podía entender como, después de aquellos pocos momentos tan padres que vivimos, ella no contestara a mis intentos de repetirlos. Entrado en esa desesperación, se fueron intensificando mis intentos. Pasaron semanas para recibir una respuesta, que decía: "me caes muy bien como amigo pero me abrumas demasiado, así que hay que respetar nuestros espacios".
Jamás entendí como sucedió la transformación de pasarla bien a que no contestara mis llamadas. Lo de ser abrumador podría entenderlo, ya que si fui insistente, pero eso fue una simple reacción a no saber nada de ella por varios días.

Después de aburrirlos con esta larga historia, quiero compartirles unos pensamientos que tuve. En mis relaciones anteriores siempre había intentado ser muy atento con la niña, caballeroso y poniéndola en primer plano. Y no por ser soberbio, pero siempre había tenido resultados muy positivos. En esta situación resultó lo contrario. Los métodos que anteriormente he habían funcionado fueron precisamente los que me llevaron a un fracaso rotundo. Aunque puedo aceptar que algunos factores externos, y desconocidos, hayan influido.
Este fracaso, sumado a la incapacidad de tener un relación exitosa en mucho tiempo, me ha dejado un sentimiento de tristeza y varios pensamientos, como ¿seré "boyfriend material"?, ¿en verdad habrá alguien para mi?, ¿debo cambiar?...

Ojala hayan escuchado la canción, ya que hay una frase con la que me identifiqué y me gustaría vivir:
"Tell me that i'm special, even when i know i'm not..."